“Encausado”, dijo el Gran Inquisidor, “se os acusa de
Incitar a la gente a quebrantar las leyes, tradiciones y
Costumbres de nuestra santa religión. ¿Cómo os
Declaráis?”

“Culpable, Señoría”.

“Se os acusa también de frecuentar la compañía de
Herejes, prostitutas, pecadores públicos, recaudadores de
Impuestos y ocupantes extranjeros de nuestra nación; en
Suma: todos los excomulgados. ¿Cómo os declaráis?”

“Culpable, Señoría”.

“Por último, se os acusa de revisar, corregir y poner en
Duda los sagrados dogmas de nuestra fe. ¿Cómo os
Declaráis?”

“Culpable, Señoría”.

“Cuál es vuestro nombre, encausado?”

“Jesucristo, Señoría”.

     Hay personas a las que el ver practicada su religión les inquieta
     Tanto como el enterarse de que alguien la pone en duda.