En su Narración de los Santos, cuenta Attar cómo el sufí
Habib Ajami fue un día a bañarse al río y dejó sus ropas
En la orilla. Entonces pasó por allí Hasan de Basra, vio las
Ropas y, pensando que se las había dejado allí olvidadas
Algún despistado, decidió quedarse a vigilarlas gasta que
Apareciera su dueño.

Cuando llegó Habib en busca de sus ropas, Hasan le dijo:
“¿A quién dejaste al cuidado de tus ropas mientras ibas a
Bañarte al rio? ¡Podrían habértelas robado!”

Y Habib le replicó: “Las dejé al cuidado de Aquel que te
Ha impuesto a ti el deber de quedarte a vigilarlas”.