Una familia de refugiados se sentía muy favorablemente
Impresionada por Norteamérica, especialmente una de las
Hijas, de seis años de edad, que no tardó en convencerse
De que todo lo norteamericano era no sólo lo mejor, sino
Que incluso era perfecto.

Un día, una vecina le dijo que esperaba un niño, y la
Pequeña Mary, al llegar a casa, quiso saber por qué ella no
Podía tener también un niño. Su madre decidió iniciarla en
Aquel momento en los secretos de la vida y, entre otras
Cosas, le explicó que hay que esperar nueve meses para
Tener un niño.

“¡Nueve meses!”, exclamó indignada Mary. “Pero, madre,
¿no estará olvidando que estamos en Norteamérica?”

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“Mamá, quiero tener un hermanito”.
“Pero si acabas de tener uno…”
“Pues quiero tener otro”.
“Verás… no puedes tener otro hermanito tan pronto. Lleva
Tiempo hacer un hermanito…”
“¿Y por qué no haces lo que hace papá en la fabrica?”
“¿Y qué hace papá?”
“Emplear a más hombres”.