El pueblo se vio sacudido por un terremoto, y al Maestro
Le complació comprobar la impresión que produjo en sus
Discípulos la falta de miedo que él había demostrado.

Cuando, unos días más tarde, le preguntaron qué
Significaba vencer el miedo, él les hizo recordar su propio
Ejemplo: “¿No visteis cómo, cuando todos corrían
Aterrorizados de un lado para otro, yo seguí
Tranquilamente sentado bebiendo agua? ¿Y acaso alguno
De vosotros vio que mi mano temblara mientras sostenía el
Vaso?”

“No”, dijo un discípulo. “Pero no era agua lo que bebíais,
Señor, sino salsa de soja”.

                               *********************

Nistero el Grande, uno de los santos Padres egipcios del
Desierto, iba un día paseando en compañía de un gran
Número de discípulos, que le veneraban como a un
Hombre de Dios.

De pronto, apareció ante ellos un dragón, y todos salieron
Corriendo.

Muchos años más tarde, cuando Nisterio yacía agonizante,
Uno de los discípulos le dijo: “Padre, ¿también vos os
Asustasteis el día que vimos el dragón?”

“No”, respondió Nistero.

“Entonces, ¿por qué salisteis corriendo como todos?”

“Pensé que era mejor huir del dragón para no tener que
Huir, más tarde, del espíritu de vanidad”.