Poema XLVI


Cuando el Tao reina en el universo,
Los buenos corceles arrastran carros de estiércol.
Cuando el  Tao se aleja del universo,
Los caballos de guerra pacen en las mejores tierras.

No hay mayor pecado que el de dejarse arrastrar por los deseos.
No hay mayor calamidad que la falta de moderación,
No hay defecto más doloroso que la ambición.

Por eso el saber contentarse es el único bien duradero.