Poema LXIV


Lo que está quieto es fácil de retener.
Lo que aún no se manifiesta es fácil de controlar.
Lo que todavía es débil es fácil de romper.
Lo que todavía es pequeño es fácil de dispersar.
Hay que influir en lo que aún no existe.
Hay que ordenar lo que aún no está desordenado.

El árbol que un hombre apenas puede abrazar
Nació de un tallo fino como un cabello.
Una torre de nueve pisos
Empezó siendo un montículo de tierra.
Un viaje de mil millas
Empieza con un solo paso.
Quien actúa, fracasará.
Quien se aferra a algo, lo perderá.

Por eso el sabio no actúa y así no fracasa.
No se aferra a nada y así nada pierde.
A menudo el hombre fracasa cuando está a punto de triunfar.
Por eso se dice:
“Sé tan cuidadoso al final como al principio y así no fracasarás”.

Por eso el sabio no toma en serio sus deseos,
No tiene interés por los bienes más preciados,
No se apega a sus ideas.
Él retorna a los hombres lo que han pedido
Y devuelve las cosas a su curso natural.
Pero no se atreve a actuar.

 

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