Por qué no debe dormir demasiado

(ni demasiado poco)

 

Seguir una alimentación equilibrada, practicar actividad física, no fumar… Todos ellos son factores que contribuyen a mantener la salud cardíaca. Sin embargo, otro elemento se revela crucial, tal y como acaba de demostrar un estudio angloamericano.

El ensayo se basó en el seguimiento a 461.347 ciudadanos de Reino Unido cuyo perfil genético, costumbres de sueño e historias clínicas fueron minuciosamente analizados. El análisis de esos datos mostró que quienes duermen poco (menos de 6 horas) tienen un riesgo un 20% mayor de sufrir un accidente cardíaco respecto a los que duermen entre 6 y 9 horas. Pero, ojo: en los más dormilones (más de 9 horas), ese porcentaje ¡sube al 34%!

De igual modo, cuanto más nos alejamos de la “duración ideal” de la noche (establecida en unas 7 u 8 horas), más se agrava la situación. Así, quienes duermen 5 horas sufren un 52% más de riesgo, porcentaje que incluso se duplica con 10 horas de sueño al día.

Además, la clave del estudio es que los autores han determinado que la duración del sueño es la causa de la aparición de dolencias cardíacas, no su consecuencia. Esto podría explicarse por el impacto negativo de la falta de sueño sobre la salud de las arterias y sobre las conductas alimenticias, así como por el aumento en los niveles de inflamación del organismo asociado a un exceso de sueño.

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La falta o el exceso de sueño podrían

agravar sus problemas de asma

Si usted es una de las más de 3 millones de personas que sufren asma en España, tome muy buena nota de las conclusiones de este reciente estudio(1): dormir mucho o muy poco puede empeorar los síntomas que provoca esta enfermedad respiratoria.

Esa es la conclusión de una investigación llevada a cabo por el American College of Allergy, Asthma, and Immunology, institución de referencia en Estados Unidos. En el estudio participaron un total de 1.389 personas asmáticas (todas mayores de 20 años), que fueron divididas en 3 grupos entre quienes dormían habitualmente un máximo de 5 horas (por lo general los más jóvenes), quienes lo hacían entre 6 y 8 horas y, por último, quienes descansaban más de 9 horas diarias (en su mayoría personas de edad avanzada, mujeres y fumadores).

Los investigadores concluyeron que quienes menos duermen tienen una mayor probabilidad de sufrir ataques de asma, tos seca e incluso de ser hospitalizados, comparándolos con el grupo de sueño medio (6-8 horas). Por su parte, el grupo que dormía más de 9 horas registró una mayor limitación a la hora de realizar ciertas actividades cotidianas (en comparación con los otros dos grupos).

Aunque ahora se desvela un nuevo motivo de peso para las personas con asma, no hay que olvidar que en general una buena higiene de sueño es esencial para combatir múltiples problemas de salud y mantener el sistema inmunitario fuerte.

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