Por qué comer pescado reduce el
 
riesgo de sufrir enfermedades

cardiovasculares

Investigadores de la Universitat Rovira i Virgili (URV) y la Harvard Medical School han demostrado que el pescado, como fuente principal de omega 3, y los suplementos de estos ácidos grasos pueden modular las lipoproteínas –las partículas que transportan los lípidos a través de la sangre– e incidir así sobre el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.

El estudio, publicado en el Journal of the American Heart Association, recopila el análisis de la muestra de lipoproteínas de 26.034 mujeres con una media de edad de 53 años, la más extensa y detallada que se ha hecho nunca. Para los expertos, es especialmente relevante porque se trata de la enfermedad con más incidencia, ya que 1 de cada 3 personas muere por estas patologías.

El aumento del colesterol ‘malo’ por el consumo de pescado se asocia principalmente al transporte por las partículas LDL más grandes, que poseen menor potencial de obstrucción de las arterias

Hasta ahora se había comprobado que un consumo muy elevado de ácidos grasos omega 3 se asociaba a niveles más bajos de triglicéridos en sangre. Pero, a la vez, también se había relacionado con un incremento del colesterol LDL –conocido como colesterol malo–, capaz de acelerar la formación de arterioesclerosis, es decir, el endurecimiento de las paredes de las arterias y la disminución de su elasticidad.

Sin embargo, este nuevo estudio ha constatado que este aumento del colesterol LDL por el consumo de pescado se asocia principalmente al transporte por las partículas LDL más grandes, que son menos aterogénicas (con menor potencial de obstrucción de las arterias), y no a un aumento del número total de partículas LDL.

El trabajo se ha realizado mediante la modelización matemática de la asociación de la ingesta de pescado y de omega 3 y el perfil de lipoproteínas obtenido por resonancia magnética nuclear, “que permite cuantificar el número y el tamaño de las diferentes subfracciones de lipoproteínas plasmáticas, además del contenido de triglicéridos y colesterol adicional”, explica Núria Amigó, investigadora de la URV y líder del estudio.

Factor protector del corazón

El hecho de que disminuyan los triglicéridos transportados por cualquier tipo de lipoproteínas es un factor protector de las enfermedades del corazón. Esto es así porque el consumo de los tres tipos de ácidos grasos omega 3 fundamentales en la fisiología humana estudiados –el ácido α-linoleico (ALA), el docosahexaenoico (DHA) y el eicosapentaenoico (EPA)– presentes en el pescado y en otras fuentes nutricionales difiere en su asociación con el potencial riesgo de estas patologías.

Se trata de la enfermedad con más incidencia, ya que 1 de cada 3 personas muere por estas patologías cardiovasculares

El estudio confirma que las lipoproteínas LDL más pequeñas que transportan el colesterol no aumentan, pero sí se produce un incremento en las grandes, que no tienen riesgo asociado.

Así, existe una disminución de todas las partículas transportadoras de triglicéridos y, además, el tamaño medio de las partículas de HDL y LDL aumenta, lo cual se asocia a la protección del riesgo cardiovascular.

Según Amigó, las partículas LDL que transportan el colesterol “son las más pequeñas las que se asocian a un riesgo mayor de accidente cardiovascular futuro”.

Cómo influyen otros factores

Otra particularidad del estudio es que se han aislado los elementos nutricionales que podrían condicionar el resultado en los modelos matemáticos utilizados para evaluar la asociación entre consumo de pescado y reducción del riesgo cardiovascular, como la ingesta de otros alimentos, la concentración de omega 3 según el tipo y el origen del pescado (salvaje o de piscifactoría) y los factores tradicionales de riesgo (sedentarismo, edad, índice de masa corporal y consumo de tabaco).

Ahora queda por saber si la ingesta de pescado se asocia a menos mortalidad tanto para enfermedades cardiovasculares como por otras causas

Una vez confirmado que el factor de riesgo que suponen los lípidos se modula mediante el consumo de ácidos grasos omega-3, “falta saber si la ingesta de pescado se asocia a menos mortalidad tanto para enfermedades cardiovasculares como por otras causas”, apunta Amigó, ya que “si bien el riesgo es menor por cuestiones lipídicas, sería necesario observar otros factores proinflamatorios o de exposición a metales pesados”, concluye.

FUENTE

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5 buenas razones para dormir desnudo

Apenas el 10% de la población duerme desnuda, de acuerdo con diversos estudios. Y esto es una verdadera pena si se tienen en cuenta los beneficios que ello reporta a la salud.

Por eso yo hoy quiero darle 5 buenos motivos para plantearse comenzar a hacerlo si no lo hace.

El cuerpo necesita enfriarse 

Como seguramente ya sabe, la temperatura corporal promedio es de alrededor de 36,8 °C. 

Ahora bien, en una revisión más minuciosa puede verse cómo la temperatura del cuerpo sigue el patrón del ciclo circadiano (sueño-vigilia). Eso es lo que explica que, mientras dormimos, alrededor de las 5 a.m., esta baje hasta los 36 °C.

Pues bien, este descenso en el calor corporal tiene importantes implicaciones fisiológicas, como por ejemplo hacer que el cuerpo secrete menos cortisol, la hormona del estrés.

Es decir, que si por la forma en que duerme (y eso incluye la ropa con la que lo hace) reduce la capacidad de su cuerpo de enfriarse, este mantendrá un nivel anormalmente alto de cortisol, lo que puede:

Perturbar sus ciclos de sueño y provocar un descanso poco reparador. Y, ojo, porque el calor excesivo también interrumpe la secreción de melatonina (la hormona del sueño).

Aumentar su apetito (debido precisamente a la falta de descanso) y hacerle comer más de lo que debería.

Incrementar su almacenamiento de grasa, especialmente en el vientre (la más dañina).

Reducir su libido.

Ayuda al cuerpo a fortalecerse 

Dormir con ropa puede interferir en la secreción de las hormonas de crecimiento del cuerpo, las cuales cumplen varias funciones esenciales:

Reparan los tejidos dañados.

Fortalecen la densidad de los huesos, reduciendo el riesgo de fracturas.

Consolidan la masa muscular, aumentando su tono.

Estimulan el crecimiento de los órganos internos (especialmente importante en el caso de los adolescentes).

Refuerzan el sistema inmunitario, reduciendo su vulnerabilidad ante las infecciones.

Reducen las probabilidades de sufrir diabetes.

Minimizan el riesgo de enfermedad cardíaca.

Le hará más feliz 

El roce directo de la piel hace segregar oxitocina, la hormona del apego y de la felicidad. Es por eso que dormir sin ropa contribuye a la unión y felicidad de las parejas.

Como imaginará, los pijamas son los grandes enemigos de la oxitocina. La cama es el lugar en el que se puede permanecer sin ropa con mayor libertad, así que, ¿por qué iba a desaprovecharlo?

Esta hormona tiene, además, otras funciones: 

Reduce el nivel de estrés.

Disminuye la tensión arterial.

Sube el ánimo y la moral.

Mejora significativamente la vida sexual 

No hay mucho que explicar sobre esto. Basta imaginar a dos personas sin ropa en una cama y unos altos niveles de oxitocina secretada en el ambiente…

Aumenta la confianza en uno mismo 

Pasando tiempo sin ropa uno pronto empieza sentirse más cómodo con su propio cuerpo, aceptándolo tal y como es.

Pero eso no es todo: también le hará fijarse más en las cosas “mejorables” y trabajar por lograr su objetivo.

Es la misma lógica que se esconde tras la “operación bikini” de cada año, solo que usted se adelantará a ella manteniendo un mejor aspecto permanentemente.

¿Inconvenientes? ¡Todo tiene solución!

Por supuesto que dormir sin ropa puede conllevar algunos problemas:

Quizá sienta frío. Ahora bien, en ese caso bastará con que se ponga calcetines para experimentar una notable mejoría (sí, es poco “sexy”, pero de lo más efectivo).

Puede que se le haga incómodo caminar por la casa antes de acostarse, especialmente si no vive solo o en pareja. Bastará con que tenga siempre a mano, al lado de la cama, una bata o un albornoz para cubrirse.

Si lo necesita y va a dormir más tranquilo, puede hacerlo con un pantalón corto de pijama si es hombre o con un camisón ligero si es mujer (también en ropa interior). Eso no impedirá que empiece a beneficiarse de los efectos positivos de esta práctica. Y es que la clave está en dejar respirar al cuerpo todo lo posible, pero por supuesto siempre desde la comodidad.

Ahora bien, debe saber que dormir sin nada de ropa, incluso sin ropa interior, permite que las partes íntimas también “respiren”.

Esto es algo que hay que tener muy en cuenta, puesto que cuanto menos calurosas y húmedas estén estas zonas menor riesgo habrá de proliferación de microorganismos infecciosos (en particular de Candida albicans, levadura responsable de la mayoría de infecciones vaginales).

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