Frecuentando un campo de golf japonés, un turista
Americano descubrió que, por lo general, los mejores
“caddies” eran mujeres.

Un día llegó bastante tarde y tuvo que tomar como
“caddie” a un jovencísimo muchacho de diez años que
Apenas conocía el campo, tenía muy poca idea de golf y no
Sabía más que tres palabras en inglés.

Pero aquellas tres palabras hicieron que el turista no
Quisiera ya otro “caddie” durante el resto de sus
Vacaciones. Después de cada golpe, independientemente
De su resultado, el pequeño rapaz golpeaba el suelo con el
Pie y gritaba entusiasmado: “¡Qué fantástico golpe!”