Abrió la puerta y se encontró con un hombre de bastante
Edad que llevaba un trozo de tarta en sus manos. “Mi
Mujer cumple hoy ochenta y seis años”, dijo, “y quiere que
Pruebes un trozo de su tarta de cumpleaños”. Recibió el
Obsequio y le mostró su agradecimiento, sobre todo porque
El hombre había caminando casi un kilómetro para
Entregarlo.

Una hora más tarde, se presentó de nuevo. “Qué ocurre
Ahora?”, le preguntó.

“Bueno”, respondió con timidez, “me envía Agatha a
Decirte que sólo cumple ochenta y cinco”.